Díaz-Canel insiste en exportar servicios médicos pese a crisis de salud y acusaciones de trata humana

Mientras el gobierno habla de fortalecer el “producto médico exportable”, Cuba enfrentan una crisis sanitaria, con escasez de insumos, medicamentos y personal de salud en policlínicos y hospitales.

El gobierno cubano insistió esta semana, durante una sesión del Consejo Nacional de Innovación -un órgano asesor que busca fomentar el desarrollo científico y tecnológico en el país- en la necesidad de potenciar la exportación de servicios médicos, una actividad por la que ha sido denunciado de sacar provecho a mano de obra esclava, entre otras críticas.

Según declaraciones publicadas en el sitio web oficial de la Presidencia de Cuba, el objetivo principal del encuentro fue evaluar las acciones del Sistema Nacional de Salud y diseñar estrategias que impulsen el fortalecimiento y la expansión de nuevos servicios médicos exportables, tanto dentro del territorio nacional como en el mercado internacional.

La sesión estuvo presidida por el gobernante Miguel Díaz-Canel, quien subrayó la importancia estratégica de la medicina como un activo económico clave. “Este es un asunto muy vinculado a temas como la economía, los ingresos en divisas del país y el perfeccionamiento de los servicios turísticos”, expresó durante su intervención.

Díaz-Canel hizo énfasis en el potencial que, según su criterio, tiene Cuba para consolidarse como un referente en la exportación de servicios médicos especializados. “Cuando uno evalúa estos sectores y hace una búsqueda de información, en todas sale el potencial de Cuba en la exportación de servicios médicos, por lo que es una alternativa que debemos trabajar", recalcó.

Sin embargo, este discurso de proyección internacional contrasta profundamente con la situación que viven a diario los ciudadanos cubanos en el interior del país. Mientras desde el poder se habla de fortalecer el “producto médico exportable”, muchos cubanos enfrentan una crisis sanitaria marcada por la escasez de insumos, la falta de medicamentos esenciales y la precariedad de infraestructuras hospitalarias.

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En declaraciones recientes a Martí Noticias, un residente de Santiago de Cuba —quien prefirió mantenerse en el anonimato por temor a represalias— relató su experiencia en un policlínico local: “Allí me tomaron la presión, se dieron cuenta de la alta fiebre que tenía además de dolores abdominales y lumbares, sin embargo, me dijeron que tenía que acudir a remedios caseros porque no había insumos ni medicina”. Su testimonio refleja una realidad común en muchos centros de salud del país.

La situación ha sido corroborada por profesionales del sector. La doctora Ana Ibis Tristá, del hospital Ernesto Guevara de la Serna en la provincia de Las Tunas, advirtió que el centro se encuentra “totalmente desprovisto de insumos y medicamentos para atender a los pacientes”.

En conversación con el mismo medio, Tristá denunció una situación aún más alarmante: “Hace rato que no hay medicamentos. Yo sé por personas, testigos de primera mano, que hay lugares donde hay tarifas, incluso para operarte la vista, hay tarifas para hacerte un trasplante de cadera… para todo hay ya hasta tarifas al margen de la política oficial”.

En este contexto, las prioridades trazadas por el Consejo Nacional de Innovación despiertan interrogantes sobre el rumbo que tomará la política sanitaria en la isla: uno proyectado al exterior, que, apuesta por comercializar la medicina cubana, y otro, atender la grave crisis sanitaria que atenta contra la confianza de la población en su sistema de salud pública.

Misiones médicas, exportación de mano esclava

La reunión del Consejo Nacional de Innovación en La Habana se desarrolla en medio de intensas críticas por parte del gobierno estadounidense y organizaciones internacionales a las violaciones que comete el régimen de La Habana en la exportación de servicios médicos.

El secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, calificó esta práctica como una “atroz violación de los derechos humanos”. Durante su reciente gira por el Caribe, Rubio amplió su denuncia, señalando que en muchos países los médicos cubanos no reciben salario alguno, ya que los pagos se canalizan directamente al gobierno cubano, que decide si les otorga alguna compensación. Además, se les retiran los pasaportes, operando en condiciones que, según él, equivalen a trabajo forzado Reuters.​

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A finales del mes pasado, el enviado especial de EEUU para América Latina, Mauricio Claver-Carone, reiteró la postura oficial, afirmando: “Estados Unidos se opone firmemente a la trata de personas. La administración Trump y el presidente Trump han sido líderes en la lucha contra la trata de personas, ya sea a través de la frontera con México o la trata de personas con batas blancas por parte del régimen totalitario en Cuba, que esencialmente está siendo traficada en todo el mundo”.​

Esta postura se refleja en las recientes medidas adoptadas por la administración estadounidense, que ha ampliado las restricciones de visas a funcionarios cubanos y extranjeros vinculados al programa de exportación de mano de obra cubana, especialmente en el ámbito de las misiones médicas internacionales. Estas acciones buscan combatir lo que EE. UU. considera trabajo forzoso y trata de personas .