Desde este martes la ciudad de Hialeah, un enclave vital para los exiliados cubanos en Estados Unidos, tiene una calle nombrada en honor a Lincoln Díaz-Balart (1954-2025).
El prominente legislador cubanoamericano, fallecido el pasado 3 de marzo, tuvo una estrecha relación con los residentes de esa ciudad, a quines representó en el Congreso de Estados Unidos entre 1993 y 2011, como declaró a Martí Noticias el congresista Mario Díaz-Balart.
"Hialeah siempre ha tenido un lugar muy especial para mi hermano Lincoln, así como para mi familia y para mí, específicamente porque esta es una ciudad compuesta de personas que conocen el valor de la libertad, lo riesgoso y lo frágil que es la libertad", afirmó el vicepresidente del Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos.
En lo adelante, varios tramos de la Avenida 4 Este, desde la calle Okeechobee Este hasta la calle 21 Este y desde la calle 25 Este hasta la calle 65 Este, llevarán ahora el nombre de "Lincoln Díaz-Balart Way".
Al homenaje asistieron el alcalde de Hialeah, Esteban Bovo, René García, Comisionado del Distrito 13 de la Comisión del Condado de Miami-Dade; Kevin Cabrera, recientemente confirmado al puesto de embajador de Estados Unidos en Panamá; entre otras figuras prominentes del exilio cubano y la política local.
En la sólida carrera política de Lincoln Díaz-Balart destacan su paso por la Cámara de Representantes de Florida entre 1986 y 1989, por el Senado estatal entre 1989 al 1992; y de ahí al Congreso en Washington donde mantuvo su escaño hasta el 2011.
A lo largo de su vida, dentro y fuera de la política, Lincoln Díaz-Balart se mantuvo como un ferviente defensor de la causa por la democracia en Cuba y apoyó a los defensores de derechos humanos en la isla a través del Instituto La Rosa Blanca, fundado el 28 de enero de 1959 en Nueva York, por su padre, el intelectual y estadista cubano Rafael Díaz-Balart.
Como legislador impulsó una iniciativa crucial en la política de los Estados Unidos hacia Cuba, al codificar como ley los decretos presidenciales sobre el embargo contra el régimen cubano.
Otro de sus indiscutibles logros como servidor público fue conseguir la aprobación de la Ley de Ajuste Nicaragüense y Ayuda a Centroamérica de 1997 (NACARA), que otorgó residencia legal a cientos de miles de inmigrantes en los Estados Unidos que corrían el riesgo de ser deportados.
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