Asistencia "fantasma" en el estadio de los Marlins ¿qué impide el lleno total?

Un aficionado a los deportes viendo un partido de béisbol desde la comodidad de su casa.

Todo comenzó en la noche del pasado martes 15 de abril en Miami, una noche perfecta para ver pelota. Temperatura agradable, ni siquiera hay necesidad de cerrar el techo de loanDepot park, porque la luz natural llega hasta casi las 7:30pm.

En el equipo visitante, los Diamondbacks de Arizona, que jugó una serie de 3 partidos contra los Miami Marlins, destacaba nada más y nada menos que el jardinero cubano Lourdes "Yunito" Gurriel y el jonronero venezolano Eugenio Suárez, uno de varios peloteros de Venezuela que destacan en ese equipo, con más de 10 latinoamericanos en su alineación.

En otras palabras, estaban los ingredientes perfectos para que asistieran fácilmente 20 mil personas al estadio para cada uno de los 3 juegos disputados en Miami.

Al comienzo de esta serie, ambos equipos tenían promedio positivo y estaban compitiendo perfectamente bien, dándole guerra a los grandes.

Pero para el partido del martes por la noche, sólo se vendieron 7324 boletos en el estadio con capacidad para más de 37 mil personas.

Un colega de la prensa que estuvo personalmente en ese juego me aseguró que la audiencia de ese día ni siquiera alcanzó las 6 mil personas.

En el palco de prensa se aprecian muy bien las cosas y los periodistas generalmente bromean sobre la asistencia "fantasma" que se anuncia en el parque de los Marlins en el séptimo inning de cada partido.

Todo el mundo sabe que hay una diferencia muy grande entre la asistencia pagada y los aficionados que acudieron en realidad a ver el partido.

El miércoles por la noche, en el segundo juego de la serie, donde Lourdes "Yunito Gurriel" conectó jonrón de 2 carreras, hubo solamente 8,438 boletos vendidos, una vez más los miembros de la prensa dijeron que ese número estaba "inflado" y que no fueron ni siquiera 7 mil personas.

El Jueves Santo, con la mitad de Miami de vacaciones celebrando la Semana Santa, y el partido celebrado al medio día, cualquier estadio de pelota de MLB en este país estaría prácticamente lleno, menos Miami. La asistencia reportada ese día fue 8,618. Una vez más, les aseguro que no había más de 7,500 personas.

Lo peor de todo y aún mas penoso, es que durante años ha habido estadios de Ligas Menores en todos los Estados Unidos que consistentemente logran atraer más fans que los Marlins.

Todo el mundo sabe que las únicas, y pocas, veces al año que el estadio de los Marlins vende entre 10 mil y 20 mil asientos es cuando vienen equipos famosos como los Mets, Dodgers, Yankees, Cardenales, Medias Rojas y Cachorros. Y como hay tanta gente aquí en Miami que vivió en el norte, esos fans NO vienen a ver a los Marlins sino a los contrincantes.

En cambio, vean el ejemplo de los Cachorros de Chicago que meten a 42 mil personas en el estadio Wriggley prácticamente 81 veces al año. Y eso que el equipo tiene fama de no ser bueno. Es más, durante la década de los años 70 y 80, a los Cachorros le encajaron el mote de "los queridos perdedores de América" pero nunca dejaron de llenar el estadio.

Esto sucede en una ciudad donde hace mucho frío en la primavera, mucha humedad en el verano, y en un parque muy incómodo hasta que fue renovado hace 6 años, que nunca ha tenido techo y que durante 70 años ni siquiera tuvo luces.

Además, estamos hablando de un equipo que pasó más de un siglo sin ganar una Serie Mundial. Y, aun así, los aficionados nunca han dejado de ir al estadio Wriggley a apoyar a los Cachorros.

Quizás el hecho de que en la Florida hay muchas cosas para hacer, y más atracciones, influye en la baja asistencia al estadio. Pero lo dudo, en San Diego, Los Angeles, San Francisco, Nueva York, etc., también siempre hay muchas cosas que hacer, y ya ven, se llenan los estadios.

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